sábado, 12 de noviembre de 2011

EL CAMINO HACIA LA SUSTENTABILIDAD

La actual crisis ambiental a la cual nos enfrentamos es el resultado de las relaciones que han establecido las sociedades a partir de un  modelo económico dominante, que responde a una visión fuertemente antropocéntrica y economicista.



En las últimas décadas, ante las consecuencias cada vez más impactantes de la crisis ambiental, comienza a instalarse el concepto de desarrollo sostenible y/o sustentable. El término comienza a popularizarse a partir del Informe Brundtland (Nuestro Futuro Común, 1987) que plantea que: "El Desarrollo Sostenible es el que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades." Sin embargo, el término desarrollo sostenible -o sustentabilidad como prefieren denominarlo otros autores- es un concepto polisémico que presenta problemas de ambigüedad. ¿Cuáles son las necesidades que deben considerarse básicas? ¿Son iguales para todas las culturas? ¿Cuántas generaciones debemos tener en cuenta? Esto ha motivado a que aparezcan diversas interpretaciones sobre el tema.
Sin embargo, hay un cierto consenso en considerar a la sustentabilidad como  concepción centrada en las interacciones economía-naturaleza-cultura, que intenta asociar el desarrollo económico  con la conservación del patrimonio cultural y natural y con la calidad de vida de la humanidad presente y futura. Por eso, para alcanzar la sustentabilidad se tienen que tener en cuatro sus cuatro dimensiones básicas:
-la dimensión económica, que cuestiona la idea de progreso y crecimiento económico como sinónimo de desarrollo y plantea la necesidad de realizar nuevos procesos productivos más "amigables" con el ambiente y mejorar el reparto de la "riqueza", lo cual se relaciona con la equidad.
-la dimensión social, que promueve la mejora de la calidad de vida, pero reconociendo la diversidad y respetando la pluralidad de valores.
- la dimensión política, que busca consensos ante posturas diferentes, promueve una democracia participativa y la construcción de una ciudadanía capacitada para la toma de decisiones.
-la dimensión ecológica, donde el reconocimiento de los valores que posee la Naturaleza conlleva a la preservación de la integralidad de los procesos naturales.




Sabemos que toda actividad humana va a impactar sobre la Naturaleza, va a modificarla. La cuestión es tratar de promover conductas, actitudes, valores y comportamientos proambientales. Pero esto también debe ir acompañado de fomentar cambios en los modos de pensar y sentir a la Naturaleza que nos ha impuesto el modelo económico dominante. Para ello debemos asumir valores ambientales que tengan como horizonte una sociedad ecológicamente sustentable y con equidad social. Esto nos lleva a desarrollar una ética ambiental donde la humanidad se reconozca como parte de la biosfera y, a partir de ello, no se erija como dueña de la Naturaleza, sino que se asuma como su guardiana y administradora. Creo que este es el desafío de la sustentabilidad que debemos asumir.



lunes, 7 de noviembre de 2011

LA CRISIS AMBIENTAL COMO CRISIS DE UN MODELO POLÍTICO-ECONÓMICO

Comparto la Introducción de la tesina que realicé conjuntamente con Any Leiva para la Carrera de Especialización en Educación en Ambiente para el Desarrollo Sustentable.



    En las últimas décadas del siglo XX cada vez fueron más las voces que se alzaron para llamar la atención de la humanidad sobre los numerosos y diversos problemas ambientales que afectan al planeta. Sin embargo, ya terminando el primer decenio del nuevo siglo, temas como la pobreza, la mortalidad infantil, la desigualdad de género, el cada vez más difícil acceso al agua potable, el deterioro de los hábitats, el cambio climático, el aumento de la brecha entre ricos y pobres siguen siendo titulares cotidianos de los diarios.
  La crisis ambiental nos interpela. Pero, ¿todos nos sentimos interpelados de la misma manera? Esto nos lleva a plantearnos los siguientes interrogantes:
¿Qué conocimiento tiene la mayoría de la gente sobre la crisis ambiental de nuestros tiempos? ¿Incluye dentro de los problemas ambientales a temáticas como la pobreza, la discriminación, la desigualdad de género y la injusticia social? ¿O sólo reserva el concepto de problemas ambientales a las temáticas relacionadas con lo netamente ecológico como la contaminación, la deforestación, la extinción de especies vivientes o el calentamiento global? ¿La mayoría tiene plena conciencia que estos problemas no sólo afectan a la base natural de nuestro mundo sino también y, fundamentalmente, a las sociedades que viven en él? ¿Perciben que esta gama de problemáticas tan diversas –tanto a escala planetaria como regional o local- tienen en común que son emergentes de un modelo de desarrollo hegemónico, de los modos actuales de producción y consumo y de los valores en que se sustenta este modelo?
  Tal como quedó plasmado en el Manifiesto por la Vida, la crisis ambiental es una crisis de civilización, generada por los patrones de producción y consumo del Paradigma Hegemónico. Paradigma que ha colonizado el pensamiento y la ciencia de la modernidad y que se ha valido, entre otros instrumentos, de la educación para lograr sus propósitos. Es que la educación es una de los tantos aspectos que no escapan al impacto de la crisis ambiental. Es por eso que consideramos que la escuela no “educa” para una real toma de conciencia ambiental, no “educa” desde una Ética Ambiental. Todo lo contrario, colonizada por el Pensamiento Hegemónico y la Razón Instrumental, la escuela de nuestro tiempo todavía enseña los beneficios que trae el progreso económico para el individuo y que los avances de la ciencia y de la tecnología nos permitirán saltear todos los obstáculos que se nos presenten. 
  “Existen muchos indicios de que el sistema actual se está derrumbando y que debemos encontrar vías para abrir nuevos caminos hacia un tipo de futuro diferente. Estamos ante la alternativa de abrir esos caminos o perecer. Estas palabras de Francisco Gutiérrez nos llevan a repensar nuevos senderos y alternativas que nos conduzcan a ambientalizar nuestras escuelas.
  La complejidad de lo ambiental requiere otro formato de escuela donde se plasmen procesos pedagógicos abiertos, dinámicos, creativos. Debemos pensar nuevas herramientas metodológicas que no conciban la educación como mera acumulación de información sino que promuevan procesos de enseñanza-aprendizaje que se abran a la reflexión, a la apropiación de sentidos y a la generación de relaciones significativas del hombre con la naturaleza. Por eso, es nuestro propósito en el presente trabajo poner en juego nuestra imaginación creadora, proponiendo caminos variados, originales, abiertos y complejos; recurriendo a la poesía, al humor gráfico, al dibujo, al arte, en general. Consideramos que estos senderos,  potencialmente ricos y complejos, nos ayudarán a transitar más alegremente el sinuoso camino de educar para la construcción de sentidos de vida.

LA POBREZA EN EL MUNDO ACTUAL

LA POBREZA EN EL MUNDO
   La pobreza se puede definir como la situación que afecta a las personas que carecen de lo necesario para el sustento de sus vidas, es decir, que no pueden satisfacer sus necesidades básicas. El concepto no sólo abarca aspectos económicos y alimentarios, sino también incluye otros como la oportunidad de vivir una vida larga y sana, disfrutar de la libertad y el respeto por sí mismo y los demás, a vivir en un medio ambiente sano.



TSUMAMIS SILENCIOSOS      


    El papa Juan Pablo II, refiriéndose a la pobreza, advertía: “El género humano está enfrentando formas de esclavitud que son nuevas y más sutiles que las del pasado.” “Para muchísimas personas la libertad permanece como una palabra sin significado.”
   La pobreza denunciada constantemente por el Papa no es neutra. La pobreza mata.
   Los últimos datos indican que cada tres segundos está muriendo un niño en el mundo por pobreza extrema. Son 30.000 por día. Una tragedia muy superior a la horrorosa catástrofe del tsunami (se refiere al ocurrido en Asia meridional en diciembre de 2004), pero silenciosa.
  El drama de la pobreza toma múltiples formas. Informes recientes indican que más de mil cien millones de personas no disponen de agua potable. Esa carencia, según UNICEF, es la causa de 4.000 muertes de niños por día. Por otra parte, 2.600 millones de personas no tienen conexión a una red de cloacas, elemento imprescindible de salud preventiva. Cada mes mueren 150.000 niños africanos de malaria, enfermedad prevenible. En 2004, murieron por sida tres millones de personas, de ellas, 2,3 millones en el África subsahariana (una de las regiones más pobres del mundo), ya que los enfermos no pueden acceder a los medicamentos que son muy costosos. En América latina unos 190.000 niños mueren anualmente por causas evitables relacionadas con la pobreza.
   La pobreza está convirtiendo en un infierno la vida de muchos niños, forzándolos a trabajar. Uno de cada doce niños trabaja bajo las peores formas de explotación. El 97% de ellos se halla en naciones en desarrollo. Ciento ochenta millones de niños y jóvenes menores de 16 años son sometidos a trabajos peligrosos, esclavitud, trabajos forzados y reclutamiento. En América latina, el 17% de los niños trabaja, empujados por la pobreza y la falta de educación.
   Los pobres son, asimismo, los que pagan los costos principales por las catástrofes naturales. Tienen un índice de vulnerabilidad mucho más alto, porque viven en los lugares más expuestos, en viviendas precarias, y los sistemas de prevención y protección son muy débiles en esas áreas.
   Además hay una brecha creciente entre las esperanzas de vida en diferentes regiones y grupos sociales. Mientras que en los 26 países más ricos llega a los 78 años, en los 49 más pobres es sólo de 53 años. Mientras que la mortalidad infantil para menores de cinco años en Suecia fue de tres por mil, en el áfrica subsahariana llega a 168 por mil, y en América latina, al 71 por mil.
   La solución a este tema tiene que ver con prioridades, solidaridad, realización de esfuerzos concretos de todos, pero especialmente por parte de quienes más pueden ayudar.  Mientras que los cambios no se produzcan, los tsunamis silenciosos de la pobreza seguirán cobrándose vidas a diario.
   También Juan Pablo II señaló: “En el mundo de hoy no basta limitarse a la ley del mercado y a la globalización. Hay que fomentar la solidaridad.” “Un modelo de desarrollo que no tenga presente estas desigualdades y que no las afronte con decisión no podría prosperar de ningún modo.”
  



sábado, 5 de noviembre de 2011

DESASTRES ¿NATURALES O SOCIALES?

Terremotos, huracanes, inundaciones, tornados, erupciones volcánicas. La Naturaleza parece "sorprendernos" con fenómenos extremos, violentos, espectaculares. Y cuando estos fenómenos ocasionan graves daños sobre la población, sus bienes y sus actividades suele hablarse de "desastres naturales". Parecería que son problemas que como tienen su origen en la naturaleza son "inevitables". Sin embargo, existen nuevas visiones más integrales para considerar estos fenómenos: Desde esta perspectiva, los desastres se interpretan no tanto como la consecuencia inevitable de fenómenos naturales extremos sino que incluyen muy especialmente los aspectos sociales y la vulnerabilidad diferencial de estos procesos.

Inundación de la ciudad de Santa Fe, 2003

La mayoría recordamos la trágica inundación que asoló la ciudad de Santa Fe en el 2003. El siguiente informe denominado  "Crónica de una inundación anunciada"  trata de mostrar cómo en este evento catastrófico fueron el resultado más los factores sociales que de los naturales . 

martes, 1 de noviembre de 2011

LA CRISIS DEL AGUA

EL RECURSO  AGUA, problemáticas y conflictos

 El agua es uno de los recursos más valiosos y prioritarios porque es fundamental para el desarrollo de la vida. Este recurso hoy es un elemento  vital no sólo desde el punto de vista biológico sino también político y económico.
La disponibilidad de agua potable es un problema mundial, que involucra problemas de distribución, acceso, infraestructura y calidad.
El actual proceso de globalización está enmarcado por la hegemonía de una economía  capitalista neoliberal. En este modelo, los Estados redujeron su acción reguladora y permitieron la participación cada vez mayor de las empresas transnacionales. Como consecuencia de ello, los recursos -entre ellos los hídricos-, son aprovechados por determinados actores sociales, dejando excluidos a otros. En otras palabras, con las privatizaciones, los beneficios de la apropiación del recurso agua quedan concentrados en las transnacionales, 
Frente al avance del capital privado por encima de derechos humanos fundamentales como el acceso al agua segura, a partir de la década de 1990 se generaron numerosos movimientos y organizaciones de resistencia por iniciativa de los habitantes de distintos países que sufrieron con estas políticas de Estado.

Comparemos los cartogramas de distorsión  de los recursos disponibles de agua dulce  por país y el de consumo de agua por país y saquemos nuestras propias conclusiones acerca  el sobreconsumo de los países centrales y de la dificultad del acceso al agua potable en los países periféricos.

Cartograma de distorsión consumo de agua doméstica por país

Cartograma de distorsión disponibilidad de agua dulce por país
Fuente de Cartogramas: worldmapper

Más información en:

http://www.worldmapper.org/display.php?selected=104
http://www.worldmapper.org/display.php?selected=102